Se dice que los Wendigos fueron humanos alguna vez, transformados por la oscuridad y el hambre en criaturas que acechan en los rincones más oscuros del bosque. Perdida su humanidad, algunos adoptaron la imagen de un ciervo. Quizás por admiración, o quizás para crear esa falsa sensación de tranquilidad de ver una criatura que preferiría huir antes que atacarnos. Una criatura que, como el llamado del abismo, nos hace querer acercarnos, sin medir las consecuencias, hasta que es demasiado tarde.
La pieza esta hecha en papel mache, porcelana fría y lana. Esta pintado con acrílicos y terminado con laca semi mate.
Una recomendación: no lo miren a los ojos.
Se dice que los Wendigos fueron humanos alguna vez, transformados por la oscuridad y el hambre en criaturas que acechan en los rincones más oscuros del bosque. Perdida su humanidad, algunos adoptaron la imagen de un ciervo. Quizás por admiración, o quizás para crear esa falsa sensación de tranquilidad de ver una criatura que preferiría huir antes que atacarnos. Una criatura que, como el llamado del abismo, nos hace querer acercarnos, sin medir las consecuencias, hasta que es demasiado tarde.
La pieza esta hecha en papel mache, porcelana fría y lana. Esta pintado con acrílicos y terminado con laca semi mate.
Una recomendación: no lo miren a los ojos.